Mapas de México en el Archivo de Indias

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Mapas de México en el Archivo de Indias
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Carlos III de España y sus ilustrados colaboradores -conde de Florida-blanca y marqués de Sonora-de formar un archivo en Sevilla en el que se custodiara toda la documentación referente a Indias depositada hasta entonces en Simancas, el Consejo de Indias de Madrid y la Casa de Contratación de Sevilla. Fue el primer archivo del mundo moderno concebido no con una finalidad administrativa, sino como un manantial de información para los futuros historiadores. Las expectativas se cumplieron, yen sus dos siglos largos de vida los fondos del Archivo de Indias han sido consultados por miles de estudiosos de temas americanos.

Desde su constitución, que se sitúa en 1785, cuando llegan a Sevilla las primeras remesas de documentos, archiveros e investigadores encontraban insertos en sus 40.000 legajos una serie larga -actualmente 6.379 piezas-de mapas, planos y.dibujos plegados para acomodarse al tamaño del legajo. A fines del XIX yen especial con ocasión de la celebración del centenario del Descubrimiento de América se abrió paso la idea de formar una nueva Sección de Mapas y Planos, constituida por todos los mapas y planos hallados, que serían extraídos de su legajo, aunque dejando en él un testimonio. Se pretendía con ello la localización inmediata de todas las piezas y que se conservaran en las condiciones técnicas más idóneas. Pionero en la constitución de la nueva sección fue el archivero sevillano Pedro Torres Lanzas, al que debemos entre otros catálogos, la publicación del referente a México (Sevilla, 1900). El número de piezas de origen mexicano que llegó a descubrir asciende a 516. Con el paso de los años, los técnicos del Archivo fueron incrementando el número, que en 1985 se valoraban en 275 más.

El envío de esta información gráfica de las naciones americanas a la metrópoli, principalmente al Consejo de Indias, fue algo constante desde los primeros años de la presencia de la Corona de Castilla en el Nuevo Continente. Fundaciones de pueblos e instituciones religiosas, creaciones de obispados, construcciones de obras públicas, edificios militares o civiles, expediciones geográficas, levantamiento de mapas de grandes extensiones, etc., etc. requerían el permiso de la metrópoli para iniciarlos y también el visto bueno cuando la obra se terminaba. En muchos casos era la propia monarquía la que expedía órdenes -a veces impresas-para que se llevase a cabo determinadas tareas, como la de 1711 en que se pidió que se enviasen a España diseños y mapas de todos los puertos y plazas de Indias, lo que originó una cascada de información gráfica. Como es de suponer, los planos y mapas iban por lo general con un expediente informativo extenso. Ocioso parecería resaltar aquí el extraordinario valor que tiene la colección de mapas y planos y la información a ellos aneja para la historia de México y de las otras naciones americanas.

Para la presente ocasión, se ha elegido una muestra formada por cinco planos y mapas mexicanos, aunando los criterios de calidad de su ejecución, valor de su contenido, variedad geográfica y de tiempo.

MAPA DEL PUEBLO DE TETELA DE OCAMPO. AÑO 1581.

Tiene la signatura M. P. México, 31 y procede del legajo 1529 del Indiferente General. Dibujo a pluma y coloreado con acuarela en tonos ocres y grises, de 443 x 703 mm. Fue mandado hacer por el corregidor don Cristóbal Godínez y Maldonado en 9 de julio de 1581 Y se remitió a España junto con un expediente informativo que se conserva también en el Archivo General de Indias. Lo describió P. Lanzas Torres en su Catálogo de Mapas y Planos de México. Archivo General de Indias, Madrid, 2d ed. 1985, p. 34. 
De las poblaciones llamadas Tetela que han perdurado de la época española, debemos identificar la que representa nuestro mapa con el llamado Tetela de Ocampo (Estado de Puebla) por la serie de pueblos que figuran en su entorno: San Pedro de Hueytentlán, San Juan Tututla, etc. Cada población se representa con un edificio de mayor empaque, que, por la cruz con que se corona, se refiere a la iglesia, la cual va rodeada por casas de menor tamaño. Ríos y caminos están bien figurados, y en éstos aparecen viandantes y acémilas cargadas con sus fardos.

La nota a pie de página dice "Esta cabecera de Tetela tiene cuatrocientos y çinqüenta vezinos, sin más de cien viejos que ay fuera. y lo firmó el señor corregidor. Juan Gonçález (rúbrica). Por mandado del señor corregidor, Marcos del Cuenca, scriuano".

PLANO DE ANTEQUERA (OAXACA DE JUÁREZ), SEGÚN EL PADRÓN DEL SAGRARIO DE LA SANTA IGLESIA CATEDRAL AÑO 1771

Lleva la signatura México, 543, y ha sido extraído del legajo 2591 de México. Sus dimensiones son 410 x 302 mm. Representa un plano en visión cenital de la ciudad de Antequera, en el Valle de Oaxaca, en la Nueva España.

Ostenta una muy buena técnica de ejecución, con uso de colores varios. Presenta a la ciudad situada en un meandro del río, con una traza renacentista a base de calles que se cruzan perpendicularmente. En el extrarradio de la población, en contraste con lo que ocurre en el centro, los cuarteles o cuadras comparten vivienda con huerta o arbolado, tal como ocurre en los tiempos actuales. Un acueducto o I/targeal/ aporta agua potable a la población.

Como el plano tiene una finalidad eclesiástica, pues fue encargado por el sagrario de la iglesia catedral, predominan los edificios e instituciones religiosas, que son señaladas en el plano con las letras mayúsculas, que van desde la A (iglesia Catedral) hasta la U (Coronación). Luego se señalan 40 puntos principales de la toponimia urbana: colegios, alhóndigas, aduanas, fábrica de tabaco, puentes, etc.

En la cartela explicativa de las letras y los números campea el escudo heráldico de Antequera, en cuyos cuartos periféricos figuran las armas de Castilla y León.

MAPA DE NUEVA GALICIA (ESTADO DE JALISCO). AÑO 1550

Signatura M. P. México, 560. Procede de la Sección Justicia, legajo 104l. 437 x 315 mm.

Uno de los más antiguos mapas de la ciudad de Guadalajara y poblaciones circundantes, pues fue terminado el 8 de enero de 1550. Con una técnica cartográfica deficiente, pero normal todavía a mediados del siglo XVI, se van representando mediante unos sencillos dibujos los ríos, lagunas y el gran lago de Chapala en la parte inferior, los montes y sierras y los caminos (en el ángulo derecho "Camino de México"). Para indicar la importancia de las poblaciones se recurre a agrandar el tamaño de la casa que la representa o a agrupar varias casas, como ocurre con la ciudad de Compostela o Izatlán; Guadalajara es presentada p~)f una cuadrícula partida por las dos calles principales que se cruzan perpendICularmente. Aparecen muchas poblaciones, localizadas en la parte derecha del mapa, que tienen encima del tejado una cruz. El significado de ello se explica en una nota al dorso que dice "+ Todos los pueblos que tyenen cruces son de la gouernatión de México. El licenciado Hernando Martínez de la Marcha".

El único límite que se indica figura en el margen derecho y dice: "La Prouinçia de Mechuacán es de la parte desta pintura fuera destas sierras".

Las minas importantes no dejan de ser localizadas: Minas rricas de los Çacatecas, Minas del Rrío de Tepeque, Minas de plata, Minas de Guachinango. Una mano contemporánea puso debajo de muchos pueblos la nota de que estaban despoblados . Las poblaciones indígenas, representadas en la parte superior del mapa, se sitúan en montañas altas y sus moradores, desnudos y con arco y flecha. Se dibujan escenas de sacrificios humanos en el ángulo superior izquierdo. La escritura utilizada es la llamada de juros o privilegio, la mejor que se hacía en la Corona de Castilla en el siglo XVI.

PLANO DE GUANAJUATO. (SIGLO XVIII)

Lleva la signatura M. P. México, 601, y procede del legajo 1783 de Indiferente General del Archivo de Indias. 397 x 310 mm. Es un plano muy esquemático de la ciudad de Guanajuato, vista desde lo alto del Cerro de San Miguel. Aunque poco elaborado, la técnica de representación es buena, algo habitual en el siglo XVIII, y se señala la indicación del Norte mediante una estrella y la posición exacta de Guanajuato "Situada en 267 grados 30 minutos de longitud y 22 grados 50 minutos de latitud, en el signo de Virgo". El tipo de escritura utilizado sitúa la confección del plano en el último tercio del siglo XVIII.

La ciudad se nos presenta no con el trazado en cuadrícula propio del Renacimiento, sino con una estructura que responde a población que, sin planificación previa, va creciendo a medida que se incrementa el número de sus pobladores. Los accidentes geográficos principales, como montes, sierras, río, se destacan bien, y en el casco urbano, j unto a las tres calzadas (de Pastita, alta y de marfil) ocupan un lugar preferente en el dibujo los edificios religiosos, empezando por la iglesia parroquial en el centro de la ciudad. En la cartela explicativa del plano, figuran 14 números, correspondientes a otras tantas instituciones eclesiásticas, salvo las dos últimas que corresponden a las casas reales y caja real ya la alhóndiga pública. Pero al dibujante se le olvidó poner en el plano la mayor parte de los 14 números, pues sólo llega a16, que corresponde a la iglesia de San Juan. 
La mayor riqueza de Guanajuato residía en sus minas de plata y oro, que se señalan con detalle: Mina de Valenciano, de Mellado, de Rayas, de Serena, y en el angula inferior izquierdo la nota: Es el mas rico Rreal de Minas de Nueva España".

VISTA PANORÁMICA DE LA VILLA DE SALTO DE AGUA (ESTADO DE CHIAPAS, MÉXICO). AÑO 1795

Porta la signatura M. P. Guatemala, 271 bis, y procede del legajo Guatemala, 452. Sus dimensiones son 312 x 215 mm. Dibujo a pluma y coloreado posteriormente en acuarela.

Representa los trabajos llevados a cabo para la fundación de la población de San Fernando de Guadalupe (hoy Villa de Salto de Agua) realizada en los años 1794 y 1795 bajo la dirección del Intendente de Chiapa don Agustín de las Cuentas, que sufrió un grave accidente cuando se realizaban tareas de desmonte. Por la cartela o leyenda de la Vista y por el expediente que se envió a la Corona, sabemos que, tras la reducción de los indios comarcanos se procedió a construir la nueva villa, en la que quedaron avencindadas 300 almas, con iglesia dotada del ajuar eclesiástico necesarios, animales domésticos, árboles frutales, canoas, etc. De esta forma la comunicación y el comercio con Nueva España quedó abierta a través del río Tulijá.

La representación pictórica, más bien idealizada, muestra en el plano inferior la dirección de la corriente del río, un embarcadero y barcos a vela y remo; el intendente y sus colaboradores con atuendo del siglo XVIII; la distribución de las casas e iglesia; y los indios trabajando en la tala de los árboles, transporte de la leña e incluso pescando en el río. Toda la escena está coronada por la representación de la Virgen de Guadalupe. 

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